Para brindar una atención de salud de excelencia debemos contar con unos entornos laborales saludables. Esto incluye la organización del trabajo, la claridad en el diseño y definición de las tareas, la seguridad y entorno físico de los lugares de trabajo, las comunicaciones internas o la conformación de equipos humanos proactivos. El objetivo es el bienestar de los trabajadores del sistema de salud, que luego impactará a través de los servicios brindados a toda la comunidad.